"La gota horada la roca, no por su fuerza sino por su constancia".
Ovidio.
"Nada que se consiga sin pena y sin trabajo es verdaderamente valioso"
J. Addison.
Tras
el periodo vacacional de la Semana Santa, ha llegado el momento de empezar a
preparar lo que, a buen seguro, va a ser el tramo más difícil del curso
académico. Después de estas merecidas vacaciones, la sensación del vértigo del
final de curso se posa sobre nuestro pensamiento y todo alcanza ritmos
frenéticos inimaginables.
Son
dos meses cruciales en lo que todo está
en juego; este último paso exige esfuerzo y perseverancia, más si cabe que el
desarrollado en trimestres anteriores. Todo lo conseguido hasta ahora no tiene
valor si decaemos, y todo lo que no se hizo en su tiempo cabe aún reaccionar y
con una buena gestión, planificación y trabajo tratar de recuperar el espacio y
tiempo perdido.
“Querer
es poder” y “a pesar de todo, siempre hay tiempo”, son dos lemas que debiéramos,
tanto padres como profesores, transmitir a nuestros hijos/alumnos con insistencia; factores claves que
pueden llevar a asegurar el éxito escolar.
Ante los malos resultados habrá que tomar medidas; medidas que siempre tendrán que ver con el origen de los mismos. Tras el reconocimiento de los errores convendrá poner soluciones (mejorar la atención en clase, utilización de agenda, organización y planificación de tiempos, evitar distractores, profesor particular..).
Una de las claves que más se repite como causa de estos malos resultados es la falta de una planificación del trabajo y estudio diario. No basta con estudiar para el examen, hay que tener en cuenta en esta planificación del trabajo diario las tareas a corto, medio y largo plazo ..
El estudiante debe ser consciente de lo qué
no puede pretender pero, sobre todo, de lo que puede alcanzar con una buena
planificación. En este sentido, para conseguir un buen rendimiento, los
especialistas recomiendan estructurar los tiempos de estudio en periodos
máximos de 45 minutos, acompañados de un breve descanso antes de continuar con
el aprendizaje. Aunque suene muy teórico, preparar un calendario de trabajo en
el que se organice la materia a estudiar en función del tiempo disponible será
esencial para evitar sustos de última hora y poder abordar todo el temario
antes de realizar el examen.
Además, a estas alturas los alumnos juegan con un punto a favor:
conocen la metodología de cada profesor. Por lo tanto, saben de su exigencia,
así como del tipo de exámenes de cada uno. El conocimiento de estos y otros
aspectos son muy importantes pues sirven de ayuda a los chicos y chicas para
profundizar en diferentes aspectos de las materias que les pueden llevar,
además de a comprender mejor su contenido, a conseguir el resultado académico
esperado.
Estamos a tiempo. Dos meses es tiempo suficiente para coger las
riendas y encaminar los resultados de nuestros hijos o alumnos en la buena
dirección. Los valientes se atreven a superar obstáculos, a creer en sí mismos,
a mirar más allá del problema y a ver el objetivo trazado.
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